16 de diciembre de 2010

El desdichado


Yo soy el tenebroso, -el viudo, el desconsolado,
el príncipe de Aquitania de la torre abolida:
mi única estrella ha muerto, -y mi laúd constelado
lleva el Sol negro de la Melancolía.

En la noche de la tumba, tú que me has consolado,
devuélveme el Posílipo y el mar de Italia,
la flor que gustaba tanto a mi corazón desolado,
y el ramaje donde la vid a la rosa se alía.

¿Soy Amor o Febo?… ¿Lusignan o Biron?
Mi frente aún está roja por el beso de la reina;
he soñado con la gruta donde nada la sirena…

Y dos veces vencedor crucé el Aqueronte,
modulando por turnos la lira de Orfeo
los suspiros de la santa y los gritos del hada.


Gérard de Nerval

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