24 de marzo de 2011

Animal de invierno


Otra vez es tiempo de ir a la montaña

a buscar una cueva para hibernar.

Voy sin mentirme: la montaña no es madre, sus cuevas

son como huevos vacíos donde recojo mi carne

y olvido.

Nuevamente veré en las faldas del macizo

vetas minerales como nervios petrificados, tal vez

en tiempos remotos fueron recorridos

por escalofríos de criatura viva.

Hoy, después de millones de años, la montaña

está fuera del tiempo, y no sabe

cómo es nuestra vida

ni cómo acaba.

Allí está, hermosa e inocente entre la neblina, y yo entro

en su perfecta indiferencia

y me ovillo entregado a la idea de ser de otra sustancia.

He venido por enésima vez a fingir mi resurrección.

En este mundo pétreo

nadie se alegrará con mi despertar. Estaré yo solo

y me tocaré

y si mi cuerpo sigue siendo la parte blanda de la montaña

sabré

que aún no soy la montaña.



José Watanabe

No hay comentarios: