27 de abril de 2010

Nocturno


Espirito que passas, quando o vento

Adormece no mar e surge a lua,

Filho esqivo da noite que fluctua,

Tu só entendes bem o meu tormento...



Como um canto longinquo -triste e lento-

Que voga e sutilmente se insinua,

Sobre o meu coração, que tumultua,

Tu vertes pouco a pouco o esquecimento...



A ti confio o sonho em que me leva

Um instincto de luz, rompendo a treva,

Buscando, entre visões, o eterno Bem.



E tu entendes o meu mal sem nome,

A febre de Ideal, que me consome,

Tu só, Genio da Noite, e mais ninguem!




~º~



Espíritu que pasas, cuando el viento
Adormece el mar y surge la luna,
Hijo esquivo de la noche que fluctúa,
Sólo tú entiendes bien mi tormento...

Como un canto lejano ─triste y lento─
Que boga y sutilmente se insinúa,
Sobre mi corazón, que se amotina,
Tú viertes poco a poco el olvido...

A ti confío el sueño en que me lleva
Un instinto de luz, rompiendo la tiniebla,
Buscando, entre visiones, el Bien eterno.

Y tú entiendes mi mal sin nombre,
La fiebre de Ideal, que me consume,
Sólo tú, Genio de la Noche, y ningún otro!

Anthero de Quental, Os sonetos completos, 1924.

(Traducción mía)

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