Espirito que passas, quando o vento
Adormece no mar e surge a lua,
Filho esqivo da noite que fluctua,
Tu só entendes bem o meu tormento...
Como um canto longinquo -triste e lento-
Que voga e sutilmente se insinua,
Sobre o meu coração, que tumultua,
Tu vertes pouco a pouco o esquecimento...
A ti confio o sonho em que me leva
Um instincto de luz, rompendo a treva,
Buscando, entre visões, o eterno Bem.
E tu entendes o meu mal sem nome,
A febre de Ideal, que me consome,
Tu só, Genio da Noite, e mais ninguem!
~º~
Espíritu que pasas, cuando el viento
Adormece el mar y surge la luna,
Hijo esquivo de la noche que fluctúa,
Sólo tú entiendes bien mi tormento...
Como un canto lejano ─triste y lento─
Que boga y sutilmente se insinúa,
Sobre mi corazón, que se amotina,
Tú viertes poco a poco el olvido...
A ti confío el sueño en que me lleva
Un instinto de luz, rompiendo la tiniebla,
Buscando, entre visiones, el Bien eterno.
Y tú entiendes mi mal sin nombre,
La fiebre de Ideal, que me consume,
Sólo tú, Genio de la Noche, y ningún otro!
Anthero de Quental, Os sonetos completos, 1924.
(Traducción mía)
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